Puedes ahorrar una media de 550.000 litros de agua a lo largo de tu vida si cierras el grifo mientras te lavas los dientes.
El inodoro es el responsable del 21% del consumo doméstico del agua utilizando cisternas con tecnologías de doble descarga o de interrupción puedes ahorrar hasta un 60% en el mismo.
Una ducha de 5 minutos consume 100 litros de agua si se utiliza un cabezal normal y 50 litros con uno equipado con un reductor de caudal. En un baño se consumen hasta 250 litros de agua.
Los productos desechables generan emisiones en su producción, transporte y como residuo. Todo un proceso que en la mayoría de los casos tiene una alternativa reutilizable.
Si apagas las luces de las habitaciones en las que no estás, ahorras el 15% de tu consumo y unos 150 euros y 7,25 kg de CO2 al año.
Entre el 80% y el 85% de la energía que consume una lavadora se requiere para calentar el agua del proceso de lavado.
El microondas consume un 65% menos de energía que un horno convencional. Siempre que puedas, utilízalo.
Un programa de lavado a 90°C consume casi el doble de energía eléctrica que un programa a 60°C. Si utilizas el programa ECO puedes ahorrar hasta en un 80% el consumo de energía en este proceso.
Con bombillas LED ahorras hasta un 80% de la energía consumida en comparación con las bombillas tradicionales. Además, mejoras en calidad de luz.
Si utilizas los electrodomésticos a plena carga, optimizas su uso y ahorras dinero y CO2.
Los equipos con etiquetado energético de la clase más alta son los más eficientes y pueden generar importantes ahorros en la factura eléctrica y menores emisiones de CO2. El menor consumo de energía a largo de la vida útil del electrodoméstico compensará su coste inicial.
El coche privado representa el 15% total de la energía consumida en España y, aproximadamente, la mitad de la energía que consumen las familias españolas.
¿Sabes cuánto CO2 emites en tu día a día? Conociendo tu impacto podrás cambiar aquellos hábitos en los que más emisiones generar
Si compras en tiendas cercanas a tu casa y productos de proximidad, reduces las emisiones generadas por tu desplazamiento y por el transporte de los productos. Además, contribuyes a la generación de empleo local.
Consumir productos locales y de temporada tiene muchas ventajas: menos emisiones, mejor calidad de los productos y ahorro de dinero.