Los productos desechables generan emisiones en su producción, transporte y como residuo. Todo un proceso que en la mayoría de los casos tiene una alternativa reutilizable.
Además de reducir considerablemente tus emisiones de CO2 obtendrás un abono ecológico de buena calidad.
Si cocinas tapando la olla, ahorras un 25% de energía y si, además, utilizas el tamaño adecuado puedes ahorrar hasta un 90%.
Después de reducir todo lo posible, puedes compensar tu huella de carbono de la mano de proyectos que absorben o reducen CO2 y mejoran la economía local de los territorios en los que se implementan.
La inversión puede promover empresas y proyectos bajos en carbono (energías renovables o eficiencia energética) que promuevan una economía respetuosa con el clima.