Puedes ahorrar una media de 550.000 litros de agua a lo largo de tu vida si cierras el grifo mientras te lavas los dientes.
Una ducha de 5 minutos consume 100 litros de agua si se utiliza un cabezal normal y 50 litros con uno equipado con un reductor de caudal. En un baño se consumen hasta 250 litros de agua.
Si tienes la suerte de tener un jardín, en la jardinería de bajo consumo de agua encontrarás una gran aliada: eligiendo bien las especies, reduciendo las zonas de césped y empleando un riego racional y eficiente podrás reducir tu consumo hasta en un 75%
Una bolsa de plástico puede tardar hasta 500 años en degradarse y nunca llega a desaparecer: se convierten en microplásticos que pasan a todos los hábitats.
Los productos desechables generan emisiones en su producción, transporte y como residuo. Todo un proceso que en la mayoría de los casos tiene una alternativa reutilizable.
Tratar la materia orgánica genera compost, produce biogás para electricidad y evita emisiones de metano.
Además de reducir considerablemente tus emisiones de CO2 obtendrás un abono ecológico de buena calidad.
El desperdicio alimentario supone un gran impacto en el medio ambiente y una enorme pérdida de los recursos necesarios para su producción: agua, superficie agrícola y energía.
Si apagas las luces de las habitaciones en las que no estás, ahorras el 15% de tu consumo y unos 150 euros y 7,25 kg de CO2 al año.
El 75% del consumo de energía de un ascensor se destina a la iluminación de la cabina y el 25% restante se utiliza para hacer funcionar el sistema de tracción del ascensor. Cámbiate a las escaleras: bueno para el planeta y para tu corazón.
El coche privado representa el 15% total de la energía consumida en España y, aproximadamente, la mitad de la energía que consumen las familias españolas.
Los árboles son capaces de capturar CO2, contribuyendo así a la conservación de nuestros bosques y a la lucha frente al cambio climático.